Desde la más tierna infancia, se nos evalúa. Nuestros profesores nos explicaban claramente lo que hacíamos bien y lo que teníamos que mejorar. Nuestras notas estaban por encima o por debajo de la media. Recibíamos felicitaciones, halagos, ánimos o advertencias que nos daban una idea de nuestro desempeño. Pero todo eso cambia al llegar al mundo profesional. De la noche a la mañana, dejamos de recibir comentarios y nadie nos pone nota, no sabemos dónde nos situamos con respecto a la media y perdemos los puntos de referencia.
El problema es que nuestra necesidad de reconocimiento permanece intacta. Todavía necesitamos la aprobación de un tercero para tranquilizarnos. Nos preguntamos si estamos haciendo un buen trabajo, si no somos demasiado lentos, o si están satisfechos con nuestro rendimiento, pero a menudo estas preguntas quedan sin respuesta. Y en teletrabajo es aún peor, ya que no tenemos esas conversaciones informales ni compartimos la hora de la comida con nuestro mánager, sino que estamos a solas con el ordenador. Sin embargo, si prestamos atención, podemos encontrar claves para saber si estamos (o no) haciendo un buen trabajo. Para que no te quepa ninguna duda, aquí tienes 12 señales infalibles para autoevaluar tu desempeño en el trabajo.