Tu etapa universitaria está llegando a su fin y el último gran desafío al que te enfrentas antes de aterrizar por completo en el mundo laboral es completar las prácticas de fin de carrera. Pero antes incluso de elegir la empresa en la que te gustaría realizarlas se te presenta el primer dilema: ¿te interesa hacer las prácticas en una startup o en una gran empresa?
No es una elección sencilla. Tu carrera hasta ahora ha transcurrido entre aulas y es posible ni siquiera estés seguro de cuáles son las diferencias entre ambos modelos, qué ventajas e inconvenientes presentan y hacia dónde vas a orientar tu vida laboral. Si el momento de elegir tus prácticas se acerca y todavía no tienes claro qué tipo de empresa quieres que te acoja, es el momento de plantearte en qué entorno vas a evolucionar más acorde a tus capacidades y tus planes a largo plazo.
1. ¿Por dónde empezar?
Dónde encontrar las ofertas
Cuando llega el momento de realizar prácticas universitarias, los servicios de empleo y prácticas de las universidades ofrecen varias plazas como parte de una bolsa de trabajo de empresas que buscan estos perfiles. Escoger una empresa de este listado es la opción más sencilla, pero no es la única.
Lo primero que debes tener en cuenta es que, en estas listas, la mayoría de empresas son de tipo tradicional, con un mayor recorrido, mientras que las startups son una minoría. Si ninguna de las ofertadas por la universidad te convence, o simplemente quieres explorar las alternativas, puedes recurrir a ferias de empleo que se celebren en tu ciudad o alrededores, así como a plataformas como Welcome to the Jungle con ofertas de empresas que buscan estudiantes en prácticas
En el caso de que aspires a acceder a una empresa específica**, bien sea por afinidad con su producto o valores o por conveniencia geográfica (por ejemplo, si es la única de tu sector en tu zona de residencia), puedes dirigirte directamente a esta, aunque es recomendable seguir el protocolo de la universidad. Para ello puedes acudir al departamento de prácticas y empleo, donde te darán el listado de los trámites necesarios para seguir esta vía.
Preparar tu CV y tu carta de presentación
Antes empezar a enviar la solicitud para realizar tus prácticas, es importante que tengas tu currículum preparado. Y aunque puede parecer complicado cuando aún no cuentas con experiencia laboral, piensa en destacar tu formación, algún curso o título de idiomas que hayas superado o voluntariados en los que hayas participado.
Una vez hayas obtenido la luz verde de la universidad, podrás enviar tu currículum a la empresa en la que estés interesado, ya sea startup o corporate, junto a una carta de presentación en la que expongas los motivos por los que quieres hacer prácticas en esa empresa y no en otra. También te servirá para destacar lo que te hace válido para el puesto y lo que te distingue del resto de candidatos.
2. ¿Eclecticismo o misiones definidas?
Antes de escoger entre un modelo u otro para nuestras prácticas tenemos que partir de una base: ¿qué es lo que más te interesa aprender y en qué te interesa mejorar? Esta elección será la que marcará el enfoque de tu primera aproximación a un trabajo de tu rama académica.
Lo primero que debes plantearte es que realizar las prácticas de final de carrera en una start-up será, sin duda alguna, una experiencia más eclécticaque la que vivirás si tus prácticas se desarrollan en una gran empresa, quizás de corte más tradicional y más jerárquico. En una empresa que se encuentra en fase de arranque inicial como es el caso de una startup, seguramente te tocará encargarte de varios tipos de tareas, incluso algunas que a priori no habías previsto como parte de tus prácticas. Por ejemplo, no resultaría extraño que llegaras para practicar lo aprendido en la rama del marketing y acabes tus prácticas con nociones de edición web, manejo de bases de datos y edición fotográfica.
Pero esta variedad de tareas es un arma de doble filo, ya que aunque estas prácticas con tareas más variadas pueden permitirte adquirir habilidades nuevas o nociones en áreas sobre las que no contabas aprender, tambiénpuede resultarte más complicado aplicar los conocimientos adquiridos durante tus estudios. Si lo que buscas es afianzar conocimientos y centrarte en ponerlos en práctica, una gran empresa o una empresa más afianzada pueden ser la solución más adecuada para ti.
3. ¿Recibir consejos o permitirte cometer errores?
Guillermo del Palacio, que realizó sus prácticas como periodista en el periódico El Mundo y trabajó después en varias startups antes de volver para incorporarse a la plantilla de El Mundo, explica sobre el contraste entre ambos entornos: “Es más fácil encontrar a la persona adecuada para que te eche un cable en una gran empresa, pues suele haber expertos en muchos campos. En una startup puede ser más difícil, la plantilla es más pequeña y trabaja a un ritmo más frenético, así que es más complicado que alguien pueda tomarse el tiempo de ayudarte”, cuenta Guillermo.
En una startup también se aprende, pero de otro modo: “Tenderán más a permitirte innovar y probar cosas nuevas, y suele ser más divertido en muchos momentos. Pero es algo a lo que es mejor llegar con una formación clara, ya que si no llegas lo suficientemente preparado, aprenderás a base de cometer errores”. Puede parecer un buen sistema, pero no olvides que el nivel de comprensión de tus superiores dependerá de la magnitud del error.
También es importante que tengas en cuenta que los plazos no suelen ser los mismos en una startup que en una gran empresa ya establecida. Las startups suelen tener una mayor urgencia la mayor parte del tiempo: todo debe hacerse de forma rápida y el tiempo de reacción es mucho menor, por lo que no está de más ser consciente de que el ritmo de una startup quizás no sea para todo el mundo. Mientras que las grandes empresas suelen trabajar con una mayor anticipación y tener procesos más definidos, así como plantillas más estructuradas y rodadas.
4. ¿Mostrar tu juventud como un valor?
José Luis Antúnez, emprendedor y consultor en diseño y medios de comunicación, afirma que, si bien las empresas son conscientes de que la juventud no es un valor por sí solo, “sí suele ir asociado a nuevas maneras de ver el mundo”, por lo que no es extraño pensar que los perfiles con menos experiencia pueden aportar más valor a la empresa en forma de ideas más frescas, menos encorsetadas en lo tradicional. Un conocido ejemplo fue el de Bas Ording, un diseñador muy joven que propuso a Apple una idea gráfica para su sistema operativo en 1998 que no solo agradó a la empresa, sino que fue implementada en todos los Mac (sigue ahí a día de hoy) y el diseñador fue contratado al instante. A ninguno de los diseñadores que ya trabajaban en la empresa se le había ocurrido algo así.
A día de hoy, este tipo de contrataciones suelen ser más habituales en empresas con perfiles más próximos a las startups. Según Guillermo, la mayor ventaja de hacer las prácticas en una startup es que es más fácil pasar a formar parte de la plantilla y escalar dentro de la empresa, ya que el crecimiento del equipo acostumbra ser más rápido que en grandes empresas, que están más asentadas.
También ocurre en el caso de los puestos de trabajo que se crean para adaptarse a las necesidades de las empresas. ¿Qué mejor forma de aspirar a uno de ellos que haber orientado tu formación y tus primeras experiencias profesionales hacia ese nuevo puesto o sector? Un buen ejemplo es la profesión de data scientist, una figura cuya importancia no deja de aumentar tanto en startups como en grandes empresas y que no existía hasta hace un lustro.
5. ¿Solo o acompañado?
Por lo general es muy habitual que las start-ups formadas por un equipo más o menos pequeño solo cuenten con un único estudiante en prácticas. Al contrario que si las hacemos en una gran empresa, donde seguramente habrá más gente como nosotros, algo que facilita el intercambio de dudas y el trabajo en equipo entre iguales. “Cuando hay más personas de prácticas te sientes más arropado, mientras que en una startup es probable que estés solo y te puede costar más lograr esa compañía, esa ayuda”.
Por otra parte, no está de más tener en cuenta que, en las startups, la edad promedio suele ser más baja, algo que puede facilitarte la integración y las relaciones con otros compañeros. En las grandes empresas son más habituales los perfiles más veteranos, con lo que es muy posible que te encuentres con relaciones más formales.
6. ¿El momento de empezar tu red de contactos?
Aunque no debes olvidar el gran potencial de los contactos que hayas adquirido durante tus estudios, por ejemplo, gracias a las asociaciones de exalumnos, tu periodo de prácticas será posiblemente uno de tus primeros contactos con el mundo laboral y es el momento ideal para empezar a trabajar tu red de contactos profesionales.
En las startups es más frecuente la participación en eventos, bootcamps o webinars y actividades conjuntas con otros empleados, tanto dentro de la propia organización como de otras con las que existan sinergias, por lo que puede resultarte más sencillo empezar a cultivar tu networking que en una gran empresa.
Y si ya has decidido en qué tipo de compañía quieres realizar tus prácticas para orientar tu carrera laboral, recuerda que obtener un contrato tras las prácticas no es misión imposible. ¿Qué paso vas a dar a continuación?