Ha llegado el momento de pasar de la teoría a la práctica. O lo que es lo mismo, de abandonar el confort del aula para adentrarte de lleno en un entorno laboral. ¿Cómo plantear las prácticas que supondrán una de tus primeras experiencias laborales? Tal vez tu objetivo inicial sea el de “hacer currículum” o “hacer carrera” en una gran compañía. O por el contrario, quizás esa concepción te parezca algo obsoleta y lo que realmente quieras sea empezar a vivir nuevas experiencias profesionales, prescindiendo de esa presión añadida. Dos escenarios diferentes y un único interrogante que se te plantea a la hora de decidir: ¿Qué encaja mejor con tu perfil, elegir las prácticas por el puesto o por la empresa?
Para comprender las razones profesionales y personales que acaban decantando la balanza hacia uno u otro lado, hemos hablado con profesionales de varios sectores sobre sus experiencias para conocer cuáles han sido para ellos los factores determinantes a la hora de escoger sus prácticas. Si tú también te encuentras en esa tesitura, ¡esperamos que te ayuden a decidirte!
Opción 1: Por la empresa
Una empresa reconocida: una línea interesante en tu CV
Pese a no tener claro el rol que quieres desarrollar, lo que sí sabes con certeza es que te gustaría hacer tus prácticas en una empresa o institución de referencia en tu sector. Esa es la idea que María, con formación en Humanidades y Periodismo Cultural, tenía en mente cuando solicitó la beca que otorga el Ministerio de Cultura y Deporte de España para realizar prácticas en el extranjero. “Esta beca me permitió trabajar durante cinco meses en el Centro Pompidou en París, colaborando con diferentes departamentos”, explica. En su caso, María priorizó la oportunidad de realizar sus prácticas en una institución cultural ampliamente reconocida.
Introducirse en una empresa en la que poder seguir desarrollándote
Lo cierto es que las prácticas se presentan muchas veces como ese pasaporte con acceso a entornos profesionales a los que sería difícil acceder sin experiencia previa. Algo en lo que coincide en afirmar Marta, con formación en Farmacia, quien después de haber estado trabajando en una de las compañías biotecnológicas más reconocidas de Canadá, decidió darle otro giro profesional a su carrera y volver a su país: la oportunidad le llegó a través de un contrato de formación ofrecido por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. “Decidí aceptar las prácticas porque para mi profesión esa institución es el atalaya, lo más alto que se puede llegar. No hay un ente u organismo que esté por encima, es el máximo ente regulador a nivel nacional”, asegura Marta. Esta oportunidad le permitió seguir aprendiendo mientras desarrollaba un trabajo como asesora científica en este organismo.
La oportunidad de conocer una PYME desde dentro
Una gran empresa no siempre tiene por qué ser la mejor opción para lograr tus objetivos. Si decides realizar tus prácticas en una empresa más pequeña y con menos trabajadores, como una startup o una PYME, es más probable que tu rol sea más relevante dentro del equipo y que te enfrentes a tareas más variadas, lo que te otorgará un aprendizaje sobre cuestiones más variadas y mejorará tu autonomía. Por otra parte, tienes más posibilidades de que tu trabajo no pase desapercibido, algo que tal vez no sería posible en una empresa de mayor envergadura, lo que puede abrirte la puerta a seguir en la empresa tras tus prácticas o a recibir una recomendación de tus mánagers o compañeros de cara a futuros procesos de selección.
Opción 2: Por la descripción del puesto
Acercarte al puesto que quieres ocupar en el futuro
Más allá del tipo de empresa, puede que el peso de tu decisión recaiga en el puesto que vas a ocupar y en el tipo de tareas que desarrollarás en el día a día. Así lo consideró Enrique en el momento de elegir dónde quería hacer las prácticas del máster en Dirección y Gestión Deportiva. Si bien tenía claro que quería escoger una empresa reconocida en el ámbito de la organización de eventos deportivos, el rol que desempeñaría durante sus prácticas fue fundamental en su elección: “Valoré principalmente la cartera de proyectos y eventos que organizaban; era una empresa que tenía como buque insignia eventos conocidos a nivel internacional como la Titan Desert o la Maratón de Barcelona”. Aquel contrato de prácticas fue la puerta de entrada que le ha permitido, a día de hoy, convertirse en una pieza fundamental de la gestión de proyectos de la empresa.
Poner en práctica tus conocimientos
Tras las prácticas en el Centro Pompidou, María decidió instalarse en París de forma indefinida. En esta segunda etapa su prioridad era la de llevar a la práctica los conocimientos que había adquirido durante sus estudios de Humanidades y Periodismo Cultural, así como sus habilidades de redacción creativa y fotografía. La oportunidad no tardó en llegar, y al poco tiempo encontró unas prácticas como community manager en una revista de fotografía que pudo combinar con la realización de un máster en gestión de redes sociales. “Era una empresa francesa, lo cual me permitía además seguir mejorando la fluidez en esa lengua a nivel profesional y seguir trabajando dentro del ámbito cultural francés”, explica.
Un perfil variado que te permita descubrir qué es lo que más te atrae
Pero ¿qué pasa si tienes dudas sobre el tipo de rol que te gustaría desarrollar en tu futuro profesional? En ese caso, puedes optar por unas prácticas que incluyan tareas diversas o que te vayan a permitir estar en contacto con distintos equipos. De esta forma, esta primera experiencia puede ayudarte a descubrir el tipo de puesto hacia el que te interesa enfocarte en un futuro.
¿Y qué hay de otros factores que pueden ayudarte a decidir?
Más allá de la pregunta inicial sobre si elegir tus prácticas por el puesto o por la empresa, hay muchos otros criterios que pueden ayudarte a orientar tu decisión. La experiencia de María ilustra esa situación: si bien el reconocimiento de la institución en la que iba a realizar sus prácticas fue su principal razón para hacer las maletas y mudarse a otro país, tener la oportunidad de trabajar en un país nuevo también fue un aliciente importante. Si, al igual que María, te interesa la opción de vivir una experiencia internacional, puedes plantearte, por ejemplo, la posibilidad de solicitar unas prácticas a través del programa Erasmus+ o pensar incluso en realizar prácticas en alguna de las instituciones europeas.
Y si no te inclinas por un puesto concreto o por un tipo de empresa, otra opción es la de plantearte tus prácticas como una oportunidad de acercarte a un sector que te resulte interesante: ¿quieres trabajar en el sector de la moda, hostelería, tecnología, medio ambiente? Una primera experiencia laboral en este sector puede ayudarte a confirmar o descartar ese camino y serte útil más tarde, si decides continuar tu desarrollo profesional en esa área.
Ya te acabes guiando por el tipo de empresa o por la descripción del puesto, esta etapa de formación puede acabar convirtiéndose en el trampolín que te permita aterrizar donde siempre habías imaginado o servirte, simplemente, para descartar un tipo de empresa o un sector determinado. Recuerda que lo verdaderamente importante es disfrutar de la experiencia y que esta te permita ir descifrando, poco a poco, el lugar donde quieres estar en el futuro.