- Que si se rinde menos por definición, que si obliga a estar mucho más conectado, que si el fin de las reuniones físicas ha sido una bendición…
- Unos lugares comunes que al ver los resultados de una reciente encuesta demuestran no serlo tanto
El teletrabajo irrumpió en la vida de millones de trabajadores hace ahora poco más de un año a causa de la COVID-19. Tras este entrenamiento forzoso, las empresas empiezan a plantear la vuelta a sus oficinas, mientras el trabajo en remoto ha pasado por distintas fases… ¿Es realmente tan bondadoso o tan perjudicial como afirman algunos?
Con el teletrabajo un gran número de personas han abierto miras hacia una modalidad que tiene todo a su favor para facilitar una mejor conciliación. Pero también sus contras: menor capacidad de toma de decisiones en equipo, sin relación natural con los compañeros de trabajo, problemas para la desconexión o, si no contamos con una buena zona de trabajo en nuestra casa, el peligro de que todo se vuelva un caos.
Como en todo, el teletrabajo tiene sus grises más que blancos y negros, y lo que está claro es que este ‘entrenamiento forzoso’ ha abierto muchas opiniones.
Recientemente, el informe Un lugar de trabajo sostenible: hacia un modelo remoto y presencial, de IESE y Savills Aguirre Newman, intentaba rastrear su penetración y sobre todo cómo es visto por los trabajadores tras estos meses.
Elaborado con encuestas a 3.450 trabajadores de 11 países distintos, dejaba algunos datos claros. Solo el 12% de los encuestados querían teletrabajar siempre, pero un 68% querría que se quedara de forma fija la opción de teletrabajar desde casa entre tres y dos días por semana.
En el informe, liderado por las profesoras Mireia Las Heras y María Barraza, ambas docentes de IESE Business School, también se aprovecha para hacer un recorrido por algunos de los mitos más comunes sobre los que todos hemos hablado en estos meses acerca del teletrabajo.
Que si se rinde menos por definición, que si obliga a estar mucho más conectado, que si el fin de las reuniones físicas ha sido una bendición… Unos lugares comunes que al ver los resultados de la encuesta demuestran no serlo tanto.
Mito 1: Todo el mundo quiere trabajar en remoto
Según la encuesta, un 4% de la muestra no querría teletrabajar ni por asomo. La gran mayoría de ellos (61%) aduce que carece de los medios necesarios o no puede realizar su trabajo de manera remota, mientras que más de la mitad asegura que prefieren trabajar de forma presencial para estar cerca de su equipo (54%).
Mito 2: Todo el mundo puede trabajar en remoto
Este se descarta él solo en todos los trabajos que exigen presencialidad. Los trabajos de cuidado personal (como peluqueros, masajistas, dentistas, cuidadores de personas mayores o dependientes, cirujanos, etc) y los que requieren manipulación física (como mecánicos de taller, agricultores, ganaderos, montadores, limpiadores, mantenedores, jardineros, constructores, etc.). En España, este tipo de trabajo sin capacidad para teletrabajar supone un 60% de la población activa.
Por su parte, aquellos trabajos en los que el componente afectivo-social es de gran importancia (como la educación infantil, primaria y universitaria; las terapias; el asesoramiento), o los que requieren cooperación inmediata (como los deportes de equipo) pierden parte de su valor añadido si se realizan siempre en remoto, señalan en el informe.
Mito 3: Se rinde menos cuando se trabaja en remoto
Los datos lo desmienten. Cuando las personas trabajan en remoto entre dos y tres días a la semana, se produce un incremento en el rendimiento (de hasta un 19%) y la calidad del trabajo (hasta un 18%), durante esos días. Además, se produce un incremento de hasta un 10% del orgullo de pertenencia a la empresa y de hasta un 9% de la disponibilidad para hacer lo que la empresa o los clientes necesiten.
Mito 4: El teletrabajo dificulta la innovación en las empresas
Encontrarse con los compañeros, hablar en la cafetería o sentarse a comer juntos puede ser un modo de aumentar la interacción y la creatividad, pero no el único. Además, esos encuentros se pueden fomentar, de modo esporádico y con una frecuencia determinada. Es posible, asimismo, su estructuración para que sean creativos en sí mismos.
Los datos muestran que para el grupo de personas que son, en general, altamente creativas, trabajar desde casa ayuda a ser un poco más innovador que estar en la oficina (un 3% más para hombres, un 1% más para mujeres). El efecto contrario se produce para quienes, habitualmente, son poco creativos: estar en la oficina les hace ser un poco más innovadores (un 5% más para hombres, un 2% más para mujeres).
Mito 5: No aporta nada reunirse en persona
Algunos de los aspectos de las reuniones más valorados por los empleados son el contacto visual (86%), la eficacia (83%), la generación de empatía (79%) y la creatividad (77%). Pues bien, aunque casi todos estos aspectos se dan más en los encuentros presenciales, el de la eficacia alcanza el 68% en las reuniones online, frente al 59% en las reuniones presenciales.
Quizá por ello, casi la mitad de los empleados (46%) preferiría realizar solo entre un 1 y un 25% de sus reuniones de forma presencial y apenas un 2% haría así todas sus reuniones.
Mito 6: En la oficina se pierde mucho tiempo
En estudios previos a la pandemia, el estudio analiza la diferencia entre horas efectivas trabajadas en remoto (7,5) y en la oficina (7,42), y no se encuentran diferencias significativas. En realidad, los beneficios del teletrabajo dependen mucho de la capacidad de autogestión de cada uno, afirman desde IESE.