En este artículo, vamos a hablar sobre:
- La soledad de los líderes en las empresas;
- El sentimiento de soledad y su tendencia a manifestarse con más fuerza entre las mujeres;
- Tres formas de reducir este sentimiento en el liderazgo femenino.
En el ámbito empresarial, existe un escenario extremadamente competitivo en cada escalón que se alcanza en la jerarquía de gestión de una empresa. Palabras como ambición, escasez y competencia son recurrentes entre los directivos, lo que nos lleva a situaciones en las que los líderes se sienten solos en sus dilemas y ansiedades.
Las mujeres, a su vez, acaban sufriendo más este tipo de sentimientos, ya que suelen ser pioneras en sus puestos, tienen dificultades particulares y temen admitir dudas o inseguridades frente a sus compañeros y directivos masculinos.
En este artículo, exploraremos más profundamente la soledad del liderazgo femenino y cómo revertir este escenario desfavorable para el crecimiento profesional de las mujeres.
La soledad de los directivos: un fenómeno recurrente
Al observar el escenario actual del entorno empresarial, es posible afirmar que la competencia y el enfrentamiento son constantemente incentivados en el liderazgo ejecutivo como una forma de lograr resultados más expresivos. Sin embargo, esta lógica en ocasiones se traduce en una situación en la que el líder se encuentra solo en sus impasses, sin poder contar con sus jefes, compañeros o subordinados.
Sus decisiones, al ser tomadas de manera unilateral, pueden ser evaluadas como duras, impopulares, erróneas, lo que intensifica el sentimiento de soledad en el gerente y la insatisfacción en quienes lo rodean.
La inseguridad en relacionarse con otras personas por el miedo a su extinción como profesional (ser etiquetado como débil o no apto para el cargo) refuerza un escenario de aislamiento del liderazgo, haciéndolo poco a poco inaccesible y distante de la realidad de sus seguidores. Este escenario se repite para los niveles jerárquicos siguientes. Parece la única forma de sobrevivir.
Según Forbes en el artículo “Why Loneliness Is A Problem For Leaders And What To Do About It” (¿Por qué la soledad es un problema para los líderes y qué hacer al respecto?), hay 4 grandes problemas involucrados al sentimiento de soledad:
- Pérdida del placer y ganas de expresar entusiasmo.
- Tensión, miedo y ansiedad.
- Pérdida de empatía y tolerancia limitada a las propias imperfecciones.
- Sensación de incertidumbre y angustia.
Mujeres y la soledad en el liderazgo
Si la soledad en la gestión ejecutiva ocurre para los hombres, se refuerza en la situación en la que las mujeres son líderes. Especialmente en sectores con poca presencia femenina o cuando alcanzan niveles jerárquicos como superintendencias, directorias o C-level.
Según la encuesta “Women in the Workplace 2020” (Mujeres en el lugar de trabajo) de McKinsey Consulting, la soledad de las mujeres directivas acaba provocando una serie de dudas sobre su capacidad profesional y también situaciones de vergüenza:
Las mujeres tienen muchas más probabilidades de que otros cuestionen su juicio que las mujeres que trabajan en un entorno más equilibrado (49 por ciento frente a 32 por ciento), de ser confundidas con alguien más junior (35 por ciento frente a 15 por ciento) y de ser sometidas a prácticas poco profesionales o comentarios degradantes (24 por ciento contra 14 por ciento). Si las tratan así, no es de extrañar que se olviden de ellas para un ascenso.
Por tanto, la sensación de no poder compartir sus ansiedades y miedos por inseguridad a ser malinterpretadas por jefes y compañeros de trabajo puede hacer que las mujeres se sobrecarguen en sus actividades, asuman errores que podrían haber sido escalados y se sientan poco capacitadas técnica y gerencialmente para el puesto. La espiral de presión externa e interna, desencadenada por la soledad en sus puestos, puede terminar atrofiando las habilidades y el potencial de las mujeres ejecutivas en todo el mundo, lamentablemente.
3 formas de calentar la experiencia del liderazgo femenino
Veamos ahora cómo podemos reducir la sensación de soledad que sentimos cuando lideramos personas y asumimos desafíos profesionales más importantes. Aquí enumeramos 3 acciones para que puedas crear relaciones más cercanas y verdaderas en tu entorno laboral.
1. Fortalecer la comunicación
La primera forma de reducir la soledad es intentar comunicarse más. Al establecer una comunicación abierta y transparente, las líderes pueden fomentar lazos más estrechos con los miembros del equipo e incorporar la vulnerabilidad como un elemento inherente a las relaciones humanas.
Al acercarse a ellos, los equipos se vuelven más solidarios, empáticos y participativos, asumiendo también parte de la solución de los retos corporativos. Estos desafíos no son solo de una persona, sino de un equipo de personas unidas y comprometidas en torno a un proyecto común.
2. Cuida de tus emociones
Tener momentos en los que pueda desestresarse y ser más consciente de sus acciones sobre el otro puede hacer posible que se crean relaciones más estrechas y conexiones más verdaderas. Realizar ejercicios físicos, someterse a terapia, practicar meditación o incluso divertirnos con nuestras aficiones nos hace mejor mentalmente y más preparadas para afrontar la adversidad y escuchar con empatía a quienes que llegan a nosotras cada día.
3. Establecer alianzas con otras mujeres
Mantener lazos con amigas de otros sectores de actividad, conversar con ex colegas de empresas anteriores o participar en encuentros de networking entre mujeres puede ser una forma de generar ambientes de confianza e intercambio de experiencias. Al compartir errores y éxitos en entornos seguros y de buena reputación, es posible aprender cómo otras mujeres enfrentan desafíos similares al suyo y sentirse más apoyadas para compartir ansiedades y miedos que pueden paralizarla si no se resuelven realmente.