Convertirse en ‘storyteller’ puede ser una estrategia eficaz si buscamos apoyos decisivos e influyentes para nuestro cambio profesional.
Aunque parezca exagerado, la capacidad para contar una historia suficientemente persuasiva y emocionante, que permita promover un cambio profesional se considera como una de las capacidades valiosas que sostienen una reinvención total de nuestra carrera.
Contar historias es una herramienta poderosa para convencer. Marcas y fundadores de start up saben que las historias se pueden usar para atraer a aquellos que pueden ayudar a crecer y escalar su empresa, y esta persuasión resulta eficaz para captar inversores, clientes o nuevos empleados hacia un nuevo proyecto empresarial.
También aquellos reinventores profesionales que están decididos a cambiar de vida laboral y tratan de que otros se sumen a la transición de su carrera, utilizan la estrategia que les proporciona una narrativa convincente.
Todo esto tiene que ver con la necesidad de saber trabajar muy bien nuestro modelo de negocio y nuestro mensaje, que son ejes de la marca personal. Todo lo que escribimos en las redes, lo que publicamos en forma de fotografías o vídeos quedará activo para siempre, porque nuestra marca nunca se toma vacaciones.
Quienes nos siguen y nos conocen, nuestro jefe, los colegas del trabajo, los posibles reclutadores que nos podemos encontrar en un proceso de selección, tienen y tendrán una opinión sobre nosotros.
Todo lo que decimos que hacemos, lo que somos y hacemos realmente está ahí de por vida, y resulta determinante cuando buscamos un trabajo o cuando pretendemos alcanzar relevancia para generar nuestra propia empleabilidad.
El storytelling es la capacidad de aquel profesional que tiene una gran habilidad para contar lo que es, lo que hace y cuánto vale. Se considera por tanto como decisiva, sobre todo en un escenario laboral en el que ya no basta sólo con ser competente. Hay que ser bueno y cumplir con altos estándares, pero los expertos le dirán que, además de eso, hay que emocionar, y que es necesario tener estilo propio… La forma de hacerlo es mediante historias, creando el relato. Hay que generar sintonía y conexión, con una narrativa que haga obvias para los demás -sobre todo para los reclutadores- las relaciones entre nuestro pasado, el aprendizaje que hace posible nuestra experiencia y todo aquello que conecta nuestras experiencias profesionales. Parte del papel que juega un storyteller eficaz es contar historias, pero otra parte mucho más profunda es saber escucharlas y tejer y descubrir conexiones.
Un modelo consolidado
Quienes piensen que todo esto es una moda deben saber que el storytelling es algo de lo que ya hace 25 años hablaban y defendían Jeff Bezzos, fundador y CEO de Amazon, o Richard Branson, fundador de Virgin.
Ambos reclamaban la existencia de un perfil profesional centrado en el hecho de que la manera de explicar las bondades de determinado producto o servicio resulta fundamental para la supervivencia de un negocio.
Branson, que es un emprendedor en serie, apuesta por las bondades de la comunicación, tanto para un creador de empresas como para un profesional.
El fundador de Virgin es uno de los primeros y mayores defensores del storytelling, al que pone al mismo nivel de otras nuevas capacidades profesionales decisivas, que son las que nos convierten en candidatos eficaces a un puesto o en profesionales valiosos y productivos. Así, más que tener un buen producto o de lo que uno es, se trata de cómo se lo cuente a los demás y qué permite que sepan sobre él.
Y algo fundamental es saber explicar la propia trayectoria en función del verdadero valor que uno aporta.
En un cambio profesional, el primer paso para que otros comprendan la transición de su carrera es poder explicársela de manera convincente. Si puede conectar los puntos entre su pasado, presente y futuro; identificar los temas subyacentes en su trayectoria profesional; y explicar el valor único que puede aportar, ganará apoyos decisivos en su búsqueda de empleo o en su reinvención profesional.
Una profesión en sí
El storytelling, que ayuda a construir un relato corporativo, está en la base de una nueva función, como la del Chief Storytelling Officer (CSO). La de storyteller es una nueva capacidad, pero también una profesión de futuro. El CSO implica una combinación de distintas áreas de conocimiento -periodismo, publicidad, sociología, filosofía y neurociencia- y cualquier ámbito en el que su experiencia demuestre capacidad de convertir un dato en un relato.
Si añadimos a la capacidad para contar la capacidad de escuchar y entender, aparece el perfil del listening manager, que se revela fundamental para dirigir los procesos de escucha activa en las compañías, para detectar tendencias y oportunidades y fundamentar así las decisiones que lleven a conseguir resultados.