Las redes sociales forman parte esencial en la vida de muchos adolescentes actualmente, les permiten crear identidades en línea, comunicarse con otros y construir vínculos sociales.
El uso de las redes sociales ha llegado a ser un nuevo entorno de socialización para los jóvenes y un espacio de construcción de la identidad social con sus iguales, a veces sin ningún control o asesoramiento por parte de los adultos.
Los jóvenes y adolescentes necesitan sentirse partícipes de algo, de tener su propio sitio personal y de construir una red de amigos. Se buscan sentimientos de pertenencia y afiliación, información, identidad y valores, los que determinan la forma de relacionarse en las redes. Sin embargo, los adolescentes no tienen su cerebro completamente desarrollado, lo que los vuelve más vulnerables y predispone a conductas de riesgo. Por lo mismo, es indispensable que un adulto esté constantemente supervisando la actividad que tienen en la red.
Tenemos que estar conscientes de que las redes sociales también pueden afectar negativamente a los adolescentes, los distrae, altera sus patrones de sueño, los expone a la intimidación, a rumores falsos, a concepciones poco realistas sobre la vida de otras personas y a la presión grupal.
La manera de minimizar riesgos sería establecer una serie de normas o pautas de uso de cuándo, cómo y para qué usar estas tecnologías para el uso responsable de esta.
Así mismo, crear un clima de confianza y diálogo en el entorno familiar es imprescindible. La familia puede ser un agente muy importante en la regulación del uso de Internet y de las redes sociales ya que los jóvenes muchas veces por su falta de experiencia no intuyen el peligro de prácticas como contactar con desconocidos, mostrar datos privados y utilizar la red para el manejo de sus relaciones sociales y ahí los adultos pueden ser excelentes referentes.
Hecho por : Cristian de Jesus Archila Molina