Te lo habías imaginado muy diferente: te veías empezando tus prácticas en unas oficinas luminosas con vistas, conociendo a quienes serían tus primeros compañeros de trabajo, e incluso ya te habías hecho a la idea de ir a tomar algo con ellos al salir del trabajo. Pero no va a ser del todo así. ¿Quién te habría dicho que tendrías que acabar haciendo tus prácticas a distancia?
Aunque no sea exactamente lo que imaginabas, la modalidad de trabajo en remoto podría terminar siendo algo más que una situación temporal impuesta por las circunstancias. Si finalmente resulta que el nuevo contexto acaba modificando nuestra forma de trabajar, haber realizado tus prácticas en teletrabajo puede traducirse en una importante experiencia de aprendizaje. Te damos algunos consejos para que puedas sacarle todo el jugo a esta nueva etapa.
Antes del inicio de las prácticas
1. Ten claras las vías de comunicación
No es lo mismo compartir un espacio físico que uno virtual. No puedes levantarte de la silla para consultar a un compañero: una duda que normalmente se resolvería con una sencilla interacción requerirá ahora otro proceso de comunicación. Así que lo mejor es conocer cuál es la vía más rápida para aclarar las posibles cuestiones que puedan surgir.
- ¿Quién es tu responsable? Durante la entrevista previa a tu incorporación, lo más probable es que te informen de quién será la persona responsable de controlar el progreso de tu trabajo, así como de resolver cualquier duda o pregunta que puedas tener durante la realización de tus prácticas. En el caso de que no te haya quedado del todo claro, te recomendamos que seas tú quien lo consulte antes de comenzar.
- ¿Quiénes son los compañeros que forman parte del proyecto? Aunque, por el momento, no puedas conocerlos físicamente, asegúrate de saber quiénes serán los compañeros que también forman parte de las tareas o proyectos en los que participes. Lo más probable es que debas comunicarte con ellos a menudo.
- ¿Cuáles serán los principales canales de comunicación? Los canales de comunicación pueden incluir desde correos electrónicos a videoconferencias, o incluso los canales de comunicación internos de la propia empresa. Para saber qué vía escoger para agilizar tus preguntas, no olvides consultar qué vía es la más utilizada o la preferida por tu equipo.
2. Diseña tu propia rutina
Pese a los consejos sobre cómo diseñar la rutina ideal durante el teletrabajo, lo cierto es que no existe una receta mágica. Tal vez lo que le funcione a la mayoría no encaje con tu forma de organizarte. Así que no dudes en probar diversas opciones hasta que encuentres aquella en la que te sientas cómodo.
Dentro de tu nueva rutina, también debes saber cuál será el método de trabajo que vas a emplear para optimizar tu tiempo y dividirlo entre las diferentes tareas. Tal vez distribuir el tiempo en grandes bloques dedicados a proyectos concretos sea una buena opción en la que puedas poner en práctica la técnica del time blocking. Aunque quizá seas de los que prefiere elaborar la tradicional lista de tareas pendientes e ir tachándolas a medida que las vas completando. ¡Es cuestión de encontrar tu propia fórmula!
3. Prepara tu espacio de trabajo
Aunque seguramente ya eres consciente de ello, no está de más recordarlo: el sofá no es un buen lugar de trabajo, como tampoco lo es la cama. Así que quedan descartados como espacios para trabajar, principalmente porque incumplen un objetivo principal: el de diferenciar, en la medida de lo posible, el espacio doméstico del profesional. Esto te ayudará a evitar distracciones, como por ejemplo la televisión, e incluso las visitas recurrentes a la nevera.
Además de asegurarte de que el espacio sea tranquilo, dentro de las posibilidades, también te recomendamos que tenga luz natural. Un espacio con luz natural influirá en tu estado de ánimo, además de reducir tu cansancio. Te ayudará incluso a conciliar mejor el sueño por la noche.
Durante la realización de las prácticas
4. Adquiere buenos hábitos
Aunque sea tentador, descarta la idea de trabajar en pijama, incluso si sabes de antemano que no vas a tener ninguna videoconferencia ese día. Intenta mantener la misma rutina que si te tuvieras que desplazar a la oficina de la empresa (solo que, en este caso, el trayecto hacia la oficina va a ser realmente corto y sin aglomeraciones). Para disfrutar al máximo de las ventajas que te aporta la flexibilidad:
- Por la mañana, evita posponer el despertador. Aunque no tengas que preocuparte por perder el tren, no caigas en la tentación de dormir esos minutos de más.
- Márcate un horario y asegúrate de respetarlo, para evitar que tus horas de trabajo se eternicen y acaben mermando tu energía.
5. No olvides los descansos
Aunque te aconsejamos que no los prolongues demasiado, los descansos son especialmente importantes si realizas tus prácticas en modo teletrabajo, sobre todo en un entorno en el que te es más difícil desconectar de tu espacio profesional. Te recomendamos lo siguiente:
- Pausas activas: Los descansos regulares siguen siendo importantes, así que inclúyelos dentro de tu rutina. Despejarte unos minutos te ayudará a retomar las tareas con energía renovada, e incluso a enfocarlas de forma distinta.
- Horas de comida: Te recomendamos no pasar por alto el almuerzo o el café de media mañana o la comida a mediodía. Tampoco los ponpongas ni los lleves a cabo en el mismo espacio en el que trabajas. Recuerda que debes diferenciar el espacio doméstico de aquel en el que trabajas.
- Fin de la jornada: Es importante desconectar al final de la jornada laboral y descansar para poder volver con las ideas más frescas al día siguiente.
6. Mantén una actitud positiva
El entorno de tus prácticas no es exactamente el que habías imaginado, pero la actitud con la que abordes esta etapa sí debe ser la misma. Ten en cuenta, especialmente, lo siguiente:
- Proactividad: No dudes en aportar nuevas ideas, tomar la iniciativa u ofrecer alternativas sigue siendo algo positivo, aunque sea a distancia.
- Capacidad para comunicarte: Encuentra el equilibrio entre ser resolutivo y pedir ayuda cuando la necesites. Seguro que tendrás la opción de apoyarte en tus compañeros para resolver tus dudas.
- Da visibilidad a la progresión de tu trabajo: Por ejemplo, puedes enviar un correo electrónico a finales de semana que refleje tu progreso: tareas realizadas, tareas pendientes, tareas por venir a corto plazo… También puedes aprovechar para plantear cualquier duda que puedas tener sobre alguno de los proyectos.
7. Hazte con las herramientas que puedan ayudarte
Apóyate en herramientas de gestión y organización que te ayuden a optimizar tu tiempo y a tener claras tus prioridades. Por ejemplo, Google Keep te ayudará a crear notas digitales sobre determinados temas y sustituir así el mosaico de post-it de colores repartidos entre tu pantalla de ordenador y tu mesa de trabajo.
Para organizar tus tareas, Trello es otra de las herramientas que te aportará una visión general sobre tus proyectos y cómo van avanzando, hasta que finalmente puedas marcarlos como “finalizados”. Esto también te permitirá ser consciente del volumen de trabajo que tienes en cada momento.
Y para hacer un seguimiento de las reuniones que tienes programadas, así como de otras fechas importantes, Google Calendar también sigue siendo una herramienta digital indispensable en tu nueva rutina.
Tras finalizar las prácticas
8. Vende tu experiencia de teletrabajo
Más que cerrar una etapa, cuando finalicen tus prácticas, conviértelas en un punto de partida. Y es que el nuevo contexto de trabajo seguramente te habrá obligado a desarrollar habilidades, como el autoaprendizaje o la automotivación, que también habrán repercutido en una mayor confianza en ti mismo. Habrás sido capaz de desarrollar tareas sin estar bajo la mirada atenta de tu responsable, y lo habrás hecho lejos del entorno de la oficina, donde habrías podido ir absorbiendo conocimientos. Tal vez hayas tenido que tomar más la iniciativa y hayas ganado en autonomía
Así pues, lo que al principio percibías como un obstáculo, puede convertirse en una ventaja, ya que has aprendido una nueva forma de trabajar. Y eso es algo que no debes olvidar poner en valor cuando decidas emprender una nueva aventura profesional. Si realmente el teletrabajo ha llegado para quedarse, tus prácticas pueden tener un valor que inicialmente desconocías y tu capacidad de adaptación a nuevos contextos mantendrá su valor intacto en el futuro.